En la plaza donde lo verde de los naranjos contrasta con el naranjo atardecer, el cafiche descansa en el capó donde todas saben que lo encontraran, siente la seguridad de ser el sostén de una gran familia, prostitutas todas, felices todas, siempre confiadas mientras estén cerca de él. Se encuentra exento de penas y alegrías que a la larga traen penas, se siente no más ni menos que humano, es un chulo, y ahí viene su chica a entregarle la comisión, no usa poleras de malla por ser vistoso, las usa porque para aquel que es feliz el viento siempre es un regalo.
17 nov 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario