Ser feliz hoy es lo que nos tiene frágiles y haciendo equilibrio en una espada. Ser feliz sabiendo, sabiendo más que nunca, que no hay más que sufrimiento, que si somos felices somos probablemente los únicos, los hipócritas. Y eso se debe al estado de nuestras almas, las almas saben de futuro y saben de pasado, porque habitan el presente momento oportuno. Las hermosas almas a diferencia de nosotros nunca yerran del centro de su mándala, nunca sus geometrías desencajan con los vértices de sea cual sea el paisaje. A partir del odio nosotros entorpecemos el camino de las almas, nos resistimos al impulso que nos dan hacia el paisaje, nos resistimos a la penetración constante del ser, el temor más grande que tenemos es el temor a ser nosotros mismos. Más duro es ahora en que todo dice que no seamos nosotros ya que de vivir de verdad, de vivir con la piel al revés y en contacto con el aire, seríamos quemados por el aliento de los niños que agonizan a cada segundo, nacería una locura inabarcable, que significa la estupidización de la máquina que quiere aparecer infalible, y nosotros también queremos que se vea impecable, consagramos vidas enteras a deberes inútiles que vienen a limpiar con paños minúsculos hasta los más pequeños recovecos del monstruo que queremos hacer parecer de cristal. Mejor será que no nos entreguemos al no tiempo, al presente, no vaya a ser que esa posibilidad sea más que lo que nosotros podemos aguantar...
¡Pero más que todos nosotros juntos yo creo que no puede ser! Pongámonos en un pie y saltemos sobre el pasado y sobre el futuro, saltemos cantando nuestros miedos al mundo para dejarlos ir como pájaros que vuelven ansiosos a la bandada tras haber sido liberados de la jaula del pudor, seamos débiles en superficie, infalibles en el corazón, nobles en apariencia. Cayo una carcajada esta noche con estas letras cansadas de escapar, cayo un aullido, cayo el estupor del mundo por un segundo. Si vivimos de las letras, si nos alimentamos de estas si nos relacionamos con nuestras almas y máscaras a partir de estas, si es así entonces espero que este rayo en el mundo de las letras, este aletear de polilla, cause un eco, en los enormes pasillos de la indiferencia, entre las espaldas de quienes se niegan a mirar, espero que este aletear alerte al menos a uno esta noche, para que mañana despierte recordando un sueño, impregnado de magia, queriendo vivir en el aullido que antes se acumulaba en un cáncer de sus vísceras.
Un perro habla de almas, un gusano habla de sueños, un átomo habla del mundo; como la muerte que en todo el día no puede parar de hablar sobre la vida.
No hay rescate, no hay fuerzas foráneas, ni extraterrestres ni ángeles, hay la posibilidad del contacto profundo con este lugar donde a borbotones brota el petróleo de la pasión envolviendo los diamantes del ser, hay la posibilidad de ese contacto, algunos lo llamarán amor, pero nos daremos cuenta que cualquier palabra termina por reducirlo.
18 ene 2010
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